
Es fascinante el cambio de chip que necesitas para sentirte bien en esta otra parte del mundo. El sur también existe decía Benedetti en una de sus obras poéticas y realmente es un mundo multicolor con sensaciones diferentes y culturas altamente diferenciadas. En tres días he convivido a ratos y en pequeñas ocasiones con una familia humilde que ha conocido de todo en esta tierra y me hablaban de sus costumbres, de su historia, de su pensamiento y su forma de ver la vida. A veces me pregunto por que la mano usurpadora de costumbres y culturas tuvo que caer sobre esas tierras vírgenes y coartar su existencia maravillosa, sus profundas raíces y creencias, su carácter generoso y humilde. He aprendido en estos días lo que es el vivir día a día, compartir vivencias de otra cultura que me parece apasionante. Uno decía siempre: Nunca te acostarás sin saber una cosa más. Es esto muy cierto y yo llevo la lección bien aprendida. Ah, por cierto, recomiendo el ceviche, el pisco, y otras cosas más, deliciosas donde las haya, a los de allá porque realmente merece la pena degustarlas.
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