jueves, 18 de junio de 2009

Y por fin el gran evento...


Pues sí, por fin después de ensayos y sargentos Spielberg, ha llegado el gran día. A la mañana, los preparativos de última hora, y así poco a poco se va haciendo la hora, la hora de la verdad. La ceremonia, brillante, una música preciosa, alegre, muy linda,como dicen por acá. Hasta la sargento Spielberg estuvo bien en la ceremonia. Todos disfrutamos mucho del evento. Una cosa curiosa fue que Gabrielito solo decía papá cuando se acercaba al Ignasi y el Padre Walter solo hacía que mirarle raro. Todo fue muy emotivo, incluso la canción de "Arrels" que quedó muy bonito y con unos medios técnicos estupendos. Después no podía faltar el tradicional arroz que está visto que se tira tanto como lo que se come. Más tarde fuimos al Casino a la celebración y recepción. Allí brindamos por los novios, bailamos lo que pudimos, el famoso "Danubio Azul" un, dos, tres, pisotón, que por cierto fue de lo mejorcito de la noche. Así y venga bailes, comida, bebidas, me gustó tanto la cusqueña que sin pensarlo me bebí casi dos jarras de litro. El resacón también fue de época pero ante un evento tan especial todo parecía muy normal. Ahora, cuando ya quedan pocas horas para abandonar Perú, me llevo un grato recuerdo de toda la gente buena de estos contornos y les deseo lo mejor de lo mejor. Un recuerdo especial para "la abuelita" que creo que en años no olvidaré ese cariño, esa ternura, y esa sonrisa. Gracias a todos por haberme hecho sentirme tan especial durante estos últimos días. Gracias a todos los que buenamente y de corazón nos habéis acogido.

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