sábado, 17 de enero de 2009

Hoy puede ser un gran día


El sábado es un gran día. El óptimo para descansar un poco más que los demás, siempre que no te toque trabajar, ya sea a turnos o a lo que sea. Es bueno para recordar que ya han pasado cinco de días de gran actividad. Los despertadores no gritan. La habitación está en calma hasta que alguien con voz menuda te dice: aitxitxe ya es la hora; sí, mi nieta que los sábados tiene un horario distinto al de todo el mundo y claro, miras el reloj y dices, madre mía si solo son las ocho y media. Y así empieza el día. Luego es un día apto para hacer las compras matinales, el mejor día en este aspecto es el domingo porque gastas menos. La comida que se hace en familia, el resto de días de la semana cada uno come cuando quiere o a veces cuando puede. La siesta de la tarde también es un buen plan aunque no te permitan dormir más de dos horas. Todo para qué, para después a la noche estar preparado para la incursión nocturna y dar un repaso a todos los bares de la zona. En fin que estaba comentado esto cuando de golpe me he despertado, eran las siete de la mañana de un jueves y he pensado que eso del sábado era un sueño muy absurdo. Menuda nochecita más entretenida...

No hay comentarios:

Publicar un comentario