
Mientras el mundo avance, la rueda gire, el hombre siga tropezando con la misma piedra todos los días, (pobre piedra) la esperanza reinará sobre todo el universo. Puede parecer una frase de Nostradamus de esas que predecían el futuro con sus profecías, pero no, es lo más lógico que nos puede sueder. Si el mundo no se para, o sea que todos más o menos nos movemos, podemos estar seguros de que no nos caeremos al vacío; ni nos empujará la fuerza de la gravedad ni nos abducirá hacia el espacio exterior. El mundo y todo lo que éste representa debe caminar, adelante o atrás pero siempre moviéndose. No se podría concebir un mundo de piedras estáticas, de grandes muros de piedra uniformes y silenciosos. El pequeño llanto de un recién nacido hace mover al mundo, hace pensar que el alma del mundo se mueve. Que necesitamos movimiento para prosperar, que si no nos movemos no solucionaremos los problemas, sean de la índole que sean, que la crisis aguda que padecemos no se marchará hasta que el mundo se mueva hacia una misma dirección buscando soluciones positivas. Un mundo inmóvil es un mundo muerto; entonces no queda más remedio que meterlo en un baul y enterrarlo para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario