
Recibir, menuda palabra, dar también es palabra menuda, para colmo tiene menos letras. Porque siempre dar cuesta mucho más que recibir. Siempre he pensado que depende de lo que se dé y de lo que se reciba. Si la cuestión está en dar mamporros, está claro que la mayoría de la gente prefiere darlos antes de recibirlos. ¿Por qué, estos verbos que aparentemente son tan opuestos el uno al otro acaban complementándose? Será porque el ser humano está tan cerca de dar como de recibir, será que solo el recibir no le llena suficientemente porque cuando tanto se recibe uno se olvida de que existen otros seres a los que posiblemente les iría muy bien que se les diera aunque solo fuera un ínfima parte de lo que nosotros recibimos. Será que solo dar es de tontos, podrían pensar algunos porque si tanto, tanto, tanto das, al final te quedas sin nada y entonces necesitas recibir para poder seguir dando. El ser humano que no es egoísta comprende bien las diferencias entre ambos términos y las aplica según las necesidades de su prójimo. Dar sin recibir; recibir sin dar. ¿Qué le llena realmente más al ser humano? Dar después de recibir no tiene gracia, recibir después de dar es esperar algo que tu mismo ya has decidido darlo sin compromiso alguno ni insatisfacción personal. Lo mejor es saber darse a los demás para recibir lo que los demás buenamente nos puedan ofrecer...
Hoy me ha encantado tu reflexion realmente damos y al dar recibimos mas de lo que llegamos a dar. Hay que estar receptivo para saber disfrutar de todo lo que recibimos y damos por eso te doy amor y recibo tu amor
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