lunes, 2 de febrero de 2009

Oh solo yo...


Mañana, pensaré en todo lo que no he hecho hoy y podría haber hecho. En todo lo que he hecho e igual no debía de haber hecho. Puede ser un juego de palabras, pero la vida está llena de juegos de palabras, de expresiones que nos muestran cómo vivimos, qué hacemos o dejamos de hacer. Por qué se nos juzga con una mirada, con un pensamiento. Por qué necesitamos tener el aplauso de los demás. La complicidad de los amigos, el beneplácito del jefe, la compresión de la familia, la propia y vana admiración, ¿No somos un poco egocéntricos? ¿No deseamos que nos admiren para satisfacer nuestro propio yo?. Queremos tener baules repletos de recuerdos de nuestras propias hazañas. Queremos que, como piezas de museo, sean admirados por cualquier persona que se cruce en nuestro caminar. A veces somos un poco yo o un mucho yo. O más bien se podría decir un "solo yo"...

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